22 diciembre 2009

Digo, luego existo...


15 diciembre 2009

Nos vamos yendo


El próximo sábado 19 de diciembre, Familia Pesoa vuelve a su origen.
Los esperamos a todas y a todos en la Sala Cortázar B (la chiquita entrando por avenida Corrientes) del Paseo La Plaza.
A las 9 AM, en punto.

16 noviembre 2009

Pobres por TV



San Marcos Sierras, a 150 kilómetros al Noroeste de Córdoba capital y donde, dicen, empieza el Norte y el feudalismo.

Don Pesoa,
Quiera dios, esa figurita difícil con brillantina, que se halle usted bien, donde sea que se encuentre al momento de recibir estas líneas.

Pesoa, anduve de paso por Buenos Aires pero me ha sido imposible ubicarlo, hasta me di una vuelta de madrugada por los cabarutes aledaños a la estación Constitución, pero estaba lleno de menores secuestradas por la trata y no me lo imagino a usted metido en esos antros, así que esta carta le llegará por correo. Viajé por unos días aprovechando que me regalaron un boleto de avión en la intendencia del pueblo, por cada sachet de glifosato con el logo de la Federación Agraria que incluí en el bolsón para los jubilados sumé leguas aéreas y me gané el viaje con el que, gracias al viento de cola generado por los desmontes para sembrar soja y pinos, pude hacer el trayecto Córdoba – Buenos Aires, en poco más de siete minutos, imagínese usted cómo será la cantidad de desmontes para generar ese chorro de viento. La azafata me trajo un café y se quedó paradita a mi lado, yo tragué ese líquido negro, le dije gracias y me contestó: “Bájese que ya aterrizamos”.

Allá en la ciudad aproveché para hacerme el control de la vista, por esta enfermedad que tengo de la visión crítica. Pesoa, lamento decirle que voy de mal en peor, y eso que cambié de galeno, porque gracias a que un primo mío policía exonerado por gatillo fácil se quedó con la cobertura médica de otro compañero y encima nos parecemos bastante, me hice pasar por él y me atendí en un flor de consultorio.

El tipo me recomendó lo mismo, mirar televisión en horario central, y otra vez me tuve que tragar al guacamayo que grita como si lo estuvieran empalando y gozara, no sé si usted lo ubica al tipo este del que le hablo, el que tiene un show nocturno de musicales con minitas que derrochan simpatía y siliconas por todas partes y ahora nos dice qué es la inseguridad y la libertad. Pesoa, parece que el tipo sabe, aunque a veces se pone en despreciativo porque dijo que “hay un MONTÓN de gente que me está mirando”, y ahí, ya de entrada nomás, trató al público de montonera, de turba, y justo cuando presentaba a un grupo de pibes pobres con la piel color tosca, que son los que más ráting dan y que habían sido traídos desde la comunidad Yacuí, en Tartagal, provincia de Salta. Más de lo mismo, Pesoa, traen pobres para exhibirlos y le meten musiquitas de fondo para que usted lagrimee un rato y después le enchufan un cantante en vivo. Y esto de los cantantes en el estudio yo lo venía entendiendo porque tenía coherencia, es decir, mi escasa intelectualidad comprendía la conexión entre ese tipo de programa perverso y Alejandro Lerner sentado al piano o la presencia de Jairo, un tipo que tiene la postura ideológica de un coatí, cantando su balada número 714.

Pero óigame esto que le bato, Pesoa. En medio de los pibes salteños se puso a cantar el mismísimo Víctor Heredia…si Pesoa, le juro que era Víctor Heredia, el que escribió el Taky Ongoy !!!.....porque me chimentaron que ahora la producción del guacamayo busca cantantes morenos para tener la pantalla a tono, pero con Heredia mi cabeza explotó. Pesoa, lea este pedacito de texto que lleva el número 7, acompaña el CD Taky Ongoy y está escrito por este tal Víctor Heredia, lea bien y después me dice si estoy errado o tengo algunos caramelos sueltos en la mollera:

“Casi cinco siglos de destrucción sistemática y de obliteración cultural han contribuido a la desaparición de tumbas, centros religiosos, poblados y también a la extinción de las artes. NO HAY EXCUSA para quienes pudieron desde sus lugares tratar de frenar ese proceso de involución cultural. NO HAY EXCUSA porque vastas generaciones hemos crecido en la equivocada creencia de que nuestros indios eran seres bárbaros y sin inteligencia alguna”.

Pesoa, ¿adónde quedó el tipito que escribió esto? ¿Qué le paso en el medio que ahora se abraza con el guacamayo? ¿Qué excusas va a poner para justificar que se ha prestado a una infamia sólo por figurar? ¿Se da cuenta, Pesoa, hasta qué punto una persona puede ser cooptada por la lucecita de una cámara de televisión? Ya sé Pesoa, usted, de jodido que es, me dirá que no le asombra porque la Negra Sosa apoyaba a Mauricio Macri, pero a la Negra uno la quería por su voz, en cambio, este tipo nos metió el verso de que además de entonar era pensante, y nos compramos el buzón con todas las cartas adentro.

Ya de regreso, sentado otra vez dentro del aeroplano, la azafata me sirve un café y me avisa que estaba recalentado, ácido y con hongos verdes porque la cafetera venía enchufada desde un viaje a Siberia con escalas cuando Aerolíneas Argentinas era privada. Yo le agradecí y le pedí otro más porque la muchacha era coherente y no me mintió, el café era un asco. Hubo viento sojero de frente, tardamos 17 horas y aterrizamos adentro del lago San Roque, que está seco y viene perfecto como pista. Lo compadezco a usted que viaja toditas las semanas a Buenos Aires, y yo no sé, Pesoa, yo no sé con qué necesidad.

Que ande bien.

Luis Logullo
Barrio de La Banda, San Marcos Sierras, Córdoba.

09 noviembre 2009

Nos colgamos


Ustedes sabrán disculparnos. Por una cosa o por otra, desatendimos el blog y hace un montón de semanas que no lo actualizamos.

Que el debate sobre la Ley de Medios, que el conflicto en Kraft, que el paro de subtes, que la policía de Macri, que el Festival Buenos Aires Rojo Sangre, que el fútbol en la Televión Pública... En el medio, el Oso Di Laura, se enfermó, pasó una temporada de infierno hospitalario y, ahora, luce cual Tweety del subdesarrollo: pura cabeza, color amarillento y una pluma que le arrastra la nuca...

No hay caso, García Marquez tenía razón cuando proclamaba que la realidad supera a la ficción. Por lo menos, la engorda de lo lindo y te deja cautivo de esa urgencia: a ver si todavía nos perdemos la oportunidad de usar la libertad de expresión y de circulación que nos legaron los próceres del Bicentenario.

La cuestión es que hoy empezamos a recuperar el tiempo perdido: ya colgamos las deliciosas cartas de Luis Loguyo para que puedan volver a leerlas. Están acá abajo...

A los que nos visitan en el ciberespacio, en el dial o en el Paseo La Plaza: gracias por el aguante y por estar ahí todos los sábados, haciendo el programa con nosotros.

Hablando de humo...


San Marcos Sierras, Octubre en Córdoba, caen piedras sin llover.


Don Pesoa,

Usted, que suele andar por ciudades diversas, a ver si me hace el favor de pasarme data posta de una información que me bajó del satélite trucho al que me conecto. Lo que me ha llegado no tiene, para mí, demasiados visos de credibilidad, es como una cortina de humo.

Y hablando de humo, lo molesto concretamente por este asunto: acá tengo unos archivos que dicen que a un tipito de calva lustrosa que labura o laburaba en y para el gobierno nacional, le han confiscado la camioneta del Estado con unos plantines adentro de la cúpula y parece que la piloteaba el mismo hijo del calvo. Oiga Pesoa, ¿Usted está al tanto de esto o es pura cháchara de las nubes de Úbeda?, me parece raro este asunto, porque yo he tenido oportunidad de compartir algunas fiestas patrias con el pelado, le hablo de esas comilonas a puro jugo y entrega de planes y ahí me lo crucé por última vez, estaba abajo del escenario tragándose una humita en chala y me hacía la “V corta” con los deditos mochos. Pesoa, le juro que el tipo tiene toda la onda.

Al hombre este lo tengo visto y oído desde hace tiempo, tiene muchas aspiraciones, claro que ahora algunas cosas me cierran mejor, como que se me aclara el panorama. Cuando este buen hombre hablaba de hacer la revolución con este gobierno, yo me daba cuenta, estaba claro que el chabón algo había ingerido, pero siempre tuve la intriga de cuál sería la cantidad necesaria para provocar tamaño delirio en un ser humano; ¿uno, dos, tres, cuatro plantines quizás?...minga Pesoa…el flaco se daba con camionetas enteras !!. Una bestia sin límites. Un asesino.

Que joda con este tema, Pesoa, porque ahora la Beatriz Sarlo va a escribir una columna en el diario de la corneta diciendo que esto se produce justo cuando despenalizan el consumo; la vieja de los canelones va a decir que esto en Francia no pasa y al Marcos Aguinis seguro que le da para otro libro, yo le escribí una carta sugiriéndole un título, así de onda, no quiero dinero por mis ideas, le propuse “El feroz encanto de clavarse un pinito”, pero no he tenido respuesta. Es que así es la derecha en este país, Pesoa, desagradecida y andaluza, porque ahora van a exagerar este asunto hasta el hartazgo sin mirar el pingüino medio lleno, porque fíjese que este muchacho transportaba las plantitas en una camioneta oficial, para ser exactos, estaba afectada al Ministerio de Desarrollo Social y seguro que las plantas eran parte de un plan piloto de cultivo orgánico en zonas carenciadas de alto riesgo sociocultural. Ya sé Pesoa, usted desconfía, pero supongamos que esta teoría que le propongo se me cae por falta de nitrógeno, entonces vea la situación desde otro wuin. Pongamos por caso (y ojo que esto lo hago sólo por usted) que el tipo estaba en un proyecto onda microemprendimiento y vendía plantitas. Pesoa, no jodamos, la camioneta que yo vi tenía leyendas del Estado Nacional, esto quiere decir que al menos el chabón tenía la honradez de no venderlas en negro. ¿Sabe cuál es su problema Pesoa?, que usted siempre ve el pingüino medio vacío.

Y yo no sé Pesoa, yo no sé con qué necesidad.

Que ande bien.

Luis Logullo.

¿Guacamayo solidario?


Octubre, San Marcos Sierras, capital de la miel y del pensamiento crítico, Córdoba, Argentina.

Don Pesoa,
Quiera dios, el que vive solo y aconseja, que ande usted bien, donde sea que se encuentre.

Pesoa, traté de ubicarlo en Buenos Aires pero me ha sido imposible. Mucha gente allá, parece un hormiguero pateao. Tuve que acercarme a la ciudad por un problema en la vista. Lo mío es serio, Pesoa. Un caso entre catorce y medio, según me ha dicho el facultativo que me atendió en una salita de Villa Caraza. Hace unos meses que estoy poseso de un extraño mal; veo, Pesoa, y no le estoy hablando de aquella vez que juré ver la imagen de San Agustín manejando el auto justicialista sobre la bóveda del horno de barro; flor de despelote se armó en el pueblo. Se corrió el rumor y se me llenó el terreno de camionetas importadas con deudas de patente; los sojeros se acercaban a la imagen y pedían una quita en las retenciones y los mamados una baja en el precio del vino suelto. Una peregrinación de desesperados era eso, hasta que al final se supo que la bosta de caballo mezclada en el adobe del horno había fermentado con la lluvia de la noche anterior y quedó como un santo en relieve. ¡Hereje!, me ha llegado a decir la curandera del pueblo, y de “malo” me trató el pastor anglicano que levanta quiniela clandestina. No es chiste, Pesoa, la pasé mal aquella vez. Pero ahora es diferente lo que me aqueja, y si bien se relaciona con la vista, esto es mucho peor que lo del santo peronista. Veo lo que muchos no atisban a entrever ni tomando te de ginseng. Le explico, Pesoa: estando en Buenos Aires, hice noche en casa de mis primos de la Villa Palito, en el partido de La Matanza, (los Parravicini, que también sufren de videncias y otra vez le contaré); se me acerca el hijo no reconocido de mi primo para mostrarme las zapatillas de cuatrocientos mangos que se había comprado y yo, que tengo esta enfermedad en la vista, en vez de ver los colores del calzado, “veía” a una familia de bolivianos encerrados en un taller, meta hacer zapatillas a un peso el par y alimentados a papa y maíz blanco hervido, todo para que este nabo se crea superior por lo que lleva en las patas ¿me explico, Pesoa? Es jodido esto que me pasa, vivo amargado, por eso fui a ver al médico y el tipo me sale con que lo mío solamente tiene una cura y además es gratis. Pesoa, el galeno me receta ver televisión, porque me aseguró que mirando las mismas boludeces que ven todos, voy a terminar viendo y pensando lo mismo que todos y adiós problemas de la vista. Me diagnosticó el “Mal de la Visión Crítica” y recetó seis horas de programación diaria en horario central. No tuve más alternativa que mudarme al barrio de Caballito, a la casa de otro primo que es policía y está enganchado al cable, porque los de la villa lo pagan y no quise abusar. Pesoa, uno tiene códigos, déjese de embromar.

No hizo una bosta de efecto el tratamiento, por el contrario, se me acentuaron los síntomas.
Hay un tipo bastante alto y pelotudo, con cara de galleta y que grita como guacamayo en celo. Tiene un programa de competencias musicales con estrellas baratas y ya medio apagadas, seis locas con medio culo al aire y otra que usa galera y hace de jurado. Le hablo de algo muy mucho berreta Pesoa, algo así como un cumpleaños de quince con entrega de velas, cotillón del Once y carnaval carioca con desayuno animado por Perla Caron. El tipo este sale al aire casi todas las noches, y la noche nefasta que me tocó verlo, por esto del tratamiento de la mirada, casi reviento Pesoa, casi reviento. El guacamayo dijo que hace “solidaridad”, y por eso metió a dos docenas de pibes chaqueños adentro de un micro y los trajo al estudio para exhibirlos, al estilo el perito Moreno trayendo indios al museo de La Plata para que los vean y les tiren galletitas. Los pibes llegaron desde Miraflores, un caserío perdido en la perdición del interior, con el maestro y la directora llegaron los pibes. El guacamayo dijo que allá toman agua de un pozo donde toman agua los animales y eso ya me sonó extraño, Pesoa, parece que el guacamayo no distingue entre charcos y aljibes. Nunca he visto una vaca estirando el cogote veinte metros adentro de un pozo para tomar agua; quizás intentó decir que del mismo pozo extraen agua para ellos y para los animales, como en mi casa, que de la misma canilla tomo yo y lleno el tacho de los perros, pero no bebo junto a los canes ¿soy claro?. Al rato, y antes que de que a los corderos presentes en el estudio se le sequen las lágrimas que el guacamayo transforma en billetes, mostraron unas imágenes de la escuelita; de adobe, Pesoa, como mi pieza del fondo, nada nuevo ni malo. Viera usted al maestro, esos educadores rurales acríticos devenidos en héroes civiles pero que reproducen el sistema; de guardapolvo blanco estaba el maestro en medio del tierral y pidiendo ayuda por la falta de agua. No sé si alguna vez al maestro se le cruzó por el hipotálamo explicarles a los pibes que ellos se cagan de sed a pesar de estar sobre el acuífero guaraní, o que a sus padres alguien les cierra la canilla mientras a ellos les alambran el pensamiento. Tendría que decirles, a esos pibes, lo que nadie les dice, tendría que hacerles ver que ellos sobran en este sistema, que no son viables, que no son, y que, además, nada de lo que padecen es casual sino que ellos son las notas bajas de una sinfonía pornográfica hábilmente ejecutada. Y pasó, Pesoa, pasó lo que tenía que pasar, entreveraron a los pibes inviables con pibes de Buenos Aires para que formen un coro y canten. Un, dos, tres, paneo a los pendejos !!!, le dijo por la cucaracha el director al guacamayo, y usted veía a los pibes marrones que ni movían los labios. Acto seguido, el guacamayo se cebó y la embistió con un discursete acerca de la inseguridad, pero no aclaró a qué inseguridad se refería, si a la alimentaria, a la sanitaria, a la laboral, a la económica o a la judicial. Clamó unión, libertad y solidaridad y yo, Pesoa, sigo sin comprender por qué debería ser solidario si vivo dentro de un estado capitalista donde los pobres no existen; eso quedará, seguro, para el régimen cubano o el fascismo chavista.

Oiga Pesoa, preste atención a lo que voy a decirle: Estos tipos se adueñaron del concepto de “LIBERTAD” y hay que expropiárselo a como dé, porque mañana se van a adjudicar la invención de la palabra “TODOS” y ahí si, Pesoa, empiece a correr porque las patitas no le van a alcanzar para escapar, porque “todos” van a ser solamente “ellos”. No se puede hacer un país con todos ni mucho menos para todos, es imposible. No se puede estar en la misa y en la procesión al mismo tiempo. Cuando alguno le diga que va a gobernar “para todos”, desconfíe, Pesoa, desconfíe. Estamos en momentos muy fieros, momentos donde estos tipos usan pobres para luego descartarlos, hay que prestar atención a cada palabra porque ninguna es inocente, cada una fue pensada por diez tipos antes de que el guacamayo la diga al aire porque, Pesoa, en estos tiempos y en esos ámbitos nada se improvisa, todo tiene una dirección bien definida. No crea en casi nada de lo que vea en la superficie, Pesoa, yo sé lo que le digo, o acaso ¿Quién supone usted que gana más? ¿El peruano explotado que le hizo los calzones de marca al guacamayo o la paraguaya cama adentro que se los lava?

Vamos, hombre, que a veces somos gente grande.

Que ande bien.

Luis Logullo
DNI 18 089 438

Calabazas para Halloween


San Marcos Sierras, en el día de brujas y el kilo de tomate a diez pesos.


Don Pesoa,


Quiera dios, ese que juega con los dados cargados, que ande usted bien, donde fuese que se encuentre al momento de recibir estas noticias.


Vea Pesoa, estoy en aprietos bastante serios, me estoy secando, Pesoa.


Me siento defraudado, timado, engatusado y víctima de una estafa moral; he llegado a este caserío embaucado bajo la mítica fábula de que la provincia de Córdoba tenía el mejor de los climas y llevo tres días a puro chorro de viento caliente, una jornada sin agua y seis horas sin luz. Se abusan Pesoa, se abusan, y justo hoy que es 31 de Octubre y tenía colocadas en el mercado del entretenimiento cuatro toneladas de calabazas para Halloween, que tanto tiene que ver con nuestras raíces y tradiciones. Con esto de la sequía, la calabaza más grande tiene las dimensiones de un zapallito zuccini y dentro del lago San Roque usted puede trotar o hacerse un picadito porque hasta césped le ha crecido. Le estoy ablando de algo sin retorno, Pesoa, ya se habla de gente que no puede lavar las camionetas importadas y de viejas que hace rato no baldean las veredas. Es el armagedón, Pesoa, acá en este poblado donde vegeto la policía encontró toda una colonia de duendes muertos por la sequía, usted le apretaba los gorritos y se le hacían polvo entre los dedos. No viera los lagrimones del cabo escribiente Umpiérrez, al final es un tierno.
Bicho jodido el duende, Pesoa, así como los ve, del tamaño de un eructo de un jubilado con la mínima, le pueden hacer la vida imposible. Y no viera lo promiscuos que son, yo tuve una familia de treinta y siete gnomos viviendo en el horno de barro y no había forma de sacarlos de ahí adentro ni de que aportaran un alquiler, pero reconozco que al menos eran limpios, en ese aspecto se asemejan bastante a algunos humanos porque se alimentan de sus propios excrementos. Recuerdo que había uno de no más de tres centímetros de altura que cuando yo encendía el fuego para un asado el tipo me meaba las brasas desde el borde de un ladrillo refractario. Fue una etapa de mi vida que prefiero no recordar, mucho sufrimiento Pesoa, pero me vino al dedillo para romper el imaginario con estas bestias del averno, hablar de hombre a duende y poner las cosas en claro, pero para eso tuve que hacerles el entre y conocer su cultura, eso me llevó dos horas.

Parece que estos engendros minúsculos llegaron a esta patria mía allá por el 1900, escondidos en los breteles de los corpiños de las minitas polacas que iban a laburar a los cabarutes del bajo Rosario y desde ahí se dispersaron a todo el territorio argentino. Formaron clanes y entre ellos se enfrentaron por el poder, siguieron a un líder que les aseguraba la revolución y gorritos nuevos pero los engañaba por detrás y parece que se formó una escuadra de gnomos que se calentó mal y enfrentó a los poderosos con todo tipo de armas; bombardeos con nueces, avellanas, empalamiento del enemigo con escarbadientes, voladura de ciudades gnomas con cohetitos chasquibunes y puteadas varias fueron las herramientas de lucha, pero no hubo caso, los duendecitos del poder se vengaron a lo bestia. No quiero imaginarme aquello Pesoa, ¿sabe lo que han llegado a hacer?, a los gnomos de la resistencia los dopaban con té de valeriana, los subían al lomo de un martín pescador y los arrojaban vivos al primer charquito que encontraban. Después les decían a los familiares que los chaboncitos estaban vivos en El Bolsón, Bariloche o el Lago Puelo, pero era mentira. Fue una etapa de terror, Pesoa, de mucho terror.

De más está decir que los duendes ganadores de la batalla armaron sus propias leyes, inventaron su argumentos y lavaron sus culpas mediante la religión gnoma, que todo lo justifica, o casi. Quedaron algunos integrantes de aquella resistencia gnoma, pero han sido cooptados por los duendes dominantes que ahora gobiernan disfrazados de haditas buenas y el resto vegeta puteando frente a sus mini televisores sin hacer nada, y cuando abren la boca es para decir cada estupidez que mejor callar y seguir de largo. Oiga Pesoa, yo no quiero meterme con estos engendros porque no tienen nada que ver conmigo, estos duendes no saben de donde vienen ni para donde van, porque me han contado que el grupo primario, que salió desde Anillaco, luego mutó en otra especie que se afincó en Santa Cruz y, desde ahí, se instaló definitivamente y con más fuerza en la ciudad de Buenos Aires. Por eso le escribo, Pesoa, para que ande alerta, ellos están pero usted no los ve, por las noches se arriman a su oreja y le meten discursos subliminales que el inconsciente va tomando como ciertos. Por eso Pesoa, usted que anda por todas partes, hágame caso, yo sé lo que le digo, cada vez que vaya al baño tire bien fuerte de la cadena.


Que ande bien.


Luis Logullo

15 octubre 2009

17 de octubre

30 septiembre 2009

Mujer originaria


Vos. Yo.
Todos nosotros,
podemos construir una obra artística
para rendirle un gran homenaje
a todos los pueblos originarios
que son parte de nuestra identidad.
EL SABADO PASADO NOS VISITO ANDRES ZERNERI, ESCULTOR, QUIEN EMPRENDE ESTA CAMPAÑA.
ENTERATE COMO HACER PARA DONAR TUS LLAVES Y OBJETOS DE BRONCE Y QUE SE CONVIERTAN EL EL MONUMENTO A LA MUJER ORIGINARIA QUE DERROQUE A LA DEL GENERAL ROCA!!!!!!
www.mujeroriginaria.com.ar

23 septiembre 2009

ESTE SABADO 26 DE SEPTIEMBRE FESTEJAMOS LA PRIMAVERA EN EL CAFE LA OPERA, CORRIENTES Y CALLAO


VIENEN LOS TROVADORES A FAMILIA PESOA, ENTRE OTROS BELLOS INVITADOS.
SEGUIMOS CON LA ROTATION POR LOS BARES DE BUENOS AIRES Y ESTA VEZ VAMOS A LA CLASICA ESQUINA DE LA CALLE QUE NUNCA DUERME. LOS ESPERAMOS A PARTIR DE LAS 9 DE LA MAÑANA COMO SIEMPRE!!!!

15 septiembre 2009

Diana Maffía


Nos visitó el sabado pasado Diana Maffía, diputada de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2007-2011/Coalición Cívica), doctora en Filosofía, docente e investigadora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género de la Universidad de Buenos Aires.
Hablamos, entre otras cosas, del actual gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y sus inconsistencias y de la negada comunidad afro de nuestro pais.
Para saber mas sobre ella, sus trabajos, presentaciones de leyes y proyectos y publicaciones ingresá a su pagina web www.dianamaffia.com.ar

Blog de uso familiar


Y como este es el Blog de la familia...le damos una mano a Lucila para que difunda la expo en la que esta trabajando junto a sus compañeros de Museología!!!

Aca les va la invitacion!


Software Libre.


Nos visitó Pablo Gonzalez y nos contó que es y para que sirve el Software libre.

Este as de la informatica puede ser contactado a través de gonzalez.pablo.e@gmail.com

Vino Puente Celeste a Familia Pesoa!!! la pasamos bomba.


12 de septiembre

Para saber mas de esta banda y enterarte de sus proximas presentaciones ingresá a su pagina web www.puenteceleste.com

16 agosto 2009

22 de agosto


El próximo sábado Luis Pescetti, Juan Sasturain y el Dúo Coplanacu visitarán Familia Pesoa.

Los esperamos en el Café Bar 36 Billares, avenida De Mayo 1265/71, a partir de las 9 am.

¿Qué campo?

Carta abierta a la patria


Esta tierra sobre los ojos, este paño pegajoso, negro de estrellas impasibles, esta noche continua, esta distancia. Te quiero, país, tirado abajo del mar, pez panza arriba, pobre sombra de país, lleno de vientos, de monumentos, de esperpentos, de orgullo sin objeto, sujeto de asaltos, estúpido curdela inofensivo puteando y sacudiendo banderitas, repartiendo escarapelas en la lluvia, salpicando de babas y estupor canchas de fútbol y ring sides. Pobres negros. Te estás quemando a fuego lento y donde el fuego, donde el que come los asados y tira los huesos, malandras, cajetillas, señores y cafishios, diputados, tilingas de apellido compuesto, gordas tejiendo a dos agujas, maestras normales, curas, escribanos, centrofowards livianos, Fangio solo, tenientes primeros, coroneles, generales, marinos, sanidad, carnavales, obispos, bagualas, chamamés, malambos, mambos, tangos, secretarías, subsecretarías, jefes, contrajefes, truco, contraflor al resto.
Y qué carajo si la casita era un sueño, si lo mataron en pelea, si usted lo ve, lo prueba y se lo lleva, liquidación forzosa, se remata hasta lo último. Te quiero, país tirado a la vereda, caja de fósforos vacía.
Te quiero, tacho de basura que se llevan sobre una cureña envuelto en una bandera que nos legó Belgrano, mientras las viejas lloran en el velorio, y anda el mate con su verde consuelo, lotería de pobre.
En cada piso hay alguien que nació haciendo discurso para algún otro que nació para escucharlos y pelarse las manos. Pobres negros que untan las ganas de ser blancos, pobres blancos que viven en un carnaval de negros. Qué quiniela, hermanito, en Boedo, en Palermo y Barracas, en los puentes, afuera, en los ranchos que paran la mugre de la pampa, en las casas blanqueadas del silencio del Norte, en las chapas de zinc donde el frío se frota, en la Plaza de Mayo, donde ronda la muerte trajeada de mentira.
Te quiero, país desnudo que sueña con un smoking, vicecampeón del mundo en cualquier cosa, en lo que salga: tercera posición, energía nuclear, justicialismo, vacas, tango, coraje, puño, viveza y elegancia. Tan triste en lo más hondo del grito, tan golpeado en lo mejor de la garufa, tan garifo a la hora de la autopsia.
Pero te quiero, país de barro, y otros te quieren, y algo saldrá de este sentir. Hoy es distancia, fuga, no te metás, que vachaché, dale que va, paciencia. La tierra, entre los dedos, la basura en los ojos, es estar triste, ser argentino es estar lejos, y no decir mañana porque ya basta con ser flojo ahora.
Tapándome la cara, me acuerdo de una estrella en pleno campo, me acuerdo de un amanecer de Puna, de Tilcara de tarde, de Paraná fragante, de Tupungato arisca, de un vuelo de flamencos quemando un horizonte de bañados.
Te quiero país, pañuelo sucio, con sus calles cubiertas de carteles peronistas, te quiero sin esperanzas y sin perdón, sin vuelta y sin derecho, nada más que de lejos y amargado. Y de noche.

Julio Cortázar, 1955

Déjame domir, mamá


Hijo mío, por favor,
de tu blando lecho salta.
Déjame dormir, mamá,
que no hace ninguna falta.

Hijo mío, por favor,
levántate y desayuna.
Déjame dormir, mamá,
que no hace falta ninguna.

Hijo mío, por favor,
que traigo el café con leche.
Mamá, deja que en las sábanas
un rato más aproveche.

Hijo mío, por favor,
que España entera se afana.
¡Que no! ¡Que no me levanto
porque no me da la gana!

Hijo mío, por favor,
que el sol está ya en lo alto.
Déjame dormir, mamá,
no pasa nada si falto.

Hijo mío, por favor,
que es la hora del almuerzo.
Déjame, que levantarme
me supone mucho esfuerzo.

Hijo mío, por favor,
van a llamarte haragán.
Déjame, mamá, que nunca
me ha importado el qué dirán.

Hijo mío, por favor,
¿y si tu jefe se enfada?
Que no, mamá, déjame,
que no me va pasar nada.

Hijo mío, por favor,
que ya has dormido en exceso.
Déjame, mamá, que soy
diputado del Congreso
y si falto a las sesiones
no se advierte ni se nota.
Solamente necesito
acudir cuando se vota,
que los diputados somos
ovejitas de un rebaño
para votar lo que digan
y dormir en el escaño.
En serio, mamita mía,
yo no sé por qué te inquietas
si por ser culiparlante
cobro mi sueldo y mis dietas.
Lo único que preciso,
de verdad, mamá, no insistas,
es conseguir otra vez
que me pongan en las listas.
Hacer la pelota al líder,
ser sumiso, ser amable
Y aplaudirle, por supuesto,
cuando en la tribuna hable.
Y es que ser parlamentario
fatiga mucho y amuerma.
Por eso estoy tan molido.
¡Déjame, mamá, que duerma!

Bueno, te dejo, hijo mío.
Perdóname, lo lamento.
¡Yo no sabía el estrés
que produce el Parlamento!

Fray Josepho de la Tarima

10 agosto 2009

¡¡EXCEPCIONAL PLAN PARA EL VIERNES A LA NOCHE!! TOCA AMADEO MONGES: ¡IMPERDIBLE!

Presentación de AMADEO MONGES (arpa) acompañado por la guitarra de "Choli" Soria.

Lugar : Centro Nacional de la Música,sala Guastavino-México 564 Cap.Fed.

Fecha y hora : 15 de Agosto de 2009-19 Hs.-entrada libre y gratuita

06 agosto 2009

LA FUNCIÓN ESTÁ POR COMENZAR

El próximo sábado 8 de agosto nos viene a visitar el director de cine Juan José Campanella que acaba de estrenar
EL SECRETO DE SUS OJOS. Los esperamos en la sala Pablo Picasso del Complejo La Plaza (Av. Corrientes 1660).

04 agosto 2009

Libre y gratis

03 agosto 2009

Pelota de Trapo



LA FUNDACION PELOTA DE TRAPO NECESITA TODA LA AYUDA POSIBLE PARA SEGUIR TRABAJANDO CON JOVENES Y NIÑOS EN SITUACION DE POBREZA.
INGRESA A WWW.PELOTADETRAPO.ORG.AR , ESCRIBI A albmor@pelotadetrapo.org.ar O LLAMA AL 4208-4341 / 4209-8956.
SI ESTAS INTERESADO EN AYUDAR PREGUNTÁ DE QUE FORMA PODES HACERLO.

29 julio 2009

Primer sábado de agosto

Los esperamos en la Sala Pablo Picasso del Paseo La Plaza, a partir de las 9 AM.


A las 12:30 estarán tocando
Raúl Carnota y Rodolfo Sánchez de El proyecto SanLuCa.

27 julio 2009

Café de los Angelitos 25/07/2009



¡Muchas gracias a todos por venir!
[Escuchate este momentito especial del programa]

23 julio 2009

Solicitada


Digamos NO a la designación de "el Fino" Palacios

100.000 firmas para exigir su remoción


Los abajo firmantes exigimos al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires la inmediata remoción de Jorge "Fino" Palacios al frente de la Policía Porteña.

La designación de un individuo sospechado de haber sido partícipe del encubrimiento del atentado terrorista en la AMIA, involucrado en la masacre del 19 y 20 de diciembre, vinculado con secuestradores y que, además, justifica el terrorismo de estado en su libro Terrorismo en la Aldea Global, sólo puede significar: autoritarismo, represión e IMPUNIDAD.

Para adherir puede ingresar su nombre completo y su número de documento en http://noalfinopalacios.blogspot.com/ o bien, puede escribir un mail con la misma información a noalfinopalacios@hotmail.com.

Se reciben firmas de adhesión en la Asociación familiares de detenidos-desaparecidos por razones políticas, Riobamba 34, de lunes a viernes, de 17 a 20.

22 julio 2009

El radioteatro de las 10

¡Aguante la ficción!
"El hijo que nunca tuve" parte 1 - 11/07/2009 ¡ESCUCHALO!

"El hijo que nunca tuve" parte 2 - 18/07/2009 ¡ESCUCHALO!

20 julio 2009

Inauguración




19 julio 2009

La familia en LA

El sábado 25 de julio, haremos el programa desde el Café de los angelitos, Rivadavia esquina Rincón.
Los esperamos a partir de las 9 AM.

El 18 de julio

Salvador Trapani, martilla su serrucho...

Jorge Rulli acusa...

Yamila Cafrune se entrega a Juanjo...

Adrián Iaies rasguña las teclas...

Se armó el juego

Se armó un juego. Como en el Diez mil, hay que juntar 750 para entrar. Somos muchos participantes. Pero muchos. Muchos los que quieren entrar y muy pocos los que llegan. Hay quienes suman puntos y acaparan privilegios. Pero el resto, el gran resto… está AFUERA. Les dicen “los excluidos”. Los excluidos sufren. Pasan hambre. Pasan frío. Se mueren de antiguas enfermedades curables. Se mueren por maltratos, o matados por Otros que también quieren entrar en el juego. Anhelan la vida de los Pocos. Tienen muchos hijos que también van a quedar afuera del juego. Y son cada vez más los que sufren más. Quienes dirigen el juego están adentro. Ellos hacen las reglas y las hacen cumplir. Los de afuera solo esperan un milagro. Así es el juego. No se puede cambiar.

Siempre hay algunos que luchan. Se organizan para que los excluidos sean incorporados, para que puedan acceder al juego. Pelean. Los de adentro con los de afuera. Los de afuera con los de afuera. Para recibir algunas migajas de privilegios. Deshechos. Cajas de los peores alimentos. Hechos con las peores materias primas. Los lugares más contaminados para vivir. La salud más lejos de la buena salud. La periferia del juego, le dicen. El cordón miserable del juego. Pero el juego es así, dicen. No tuvimos suerte. La suerte es de los que entran. El resto nacimos para fracasar intentándolo. El destino trazado no se puede torcer.

Para quienes tenemos el extraño privilegio de poder hacernos esta pregunta, porque aquellos que anhelan ingresar a este juego están demasiado distraídos fracasando en el intento de entrar… ¿Vale la pena luchar por incorporarnos a este juego? ¿Vamos a seguir insistiendo para que los excluidos seamos incluidos?... ¿Sirve esta lucha?... ¿Realmente queremos ser incluidos en este sistema que necesita de la existencia de un nutrido grupo de pobres para funcionar; que es como un perro que se muerde la cola?... Hacemos fuerza para incorporar a unos, mientras que en la retaguardia se está expulsando a muchos otros; muchos más de los que se incorporan, porque el mecanismo se vuelve cada vez más estrecho, más doloroso...

¿Cuál es la lucha entonces?... Después de muchos años de esfuerzos, necesitamos hacernos esta pregunta primaria… ¿cuál debería ser la lucha?... La verdadera lucha es por el cambio del juego. “Juguemos a otra cosa”, debería ser la consigna. No nos engañemos. No juguemos con las reglas de este juego. La lucha es por un cambio profundo en la conciencia, en la forma de vivir o en el concepto de la vida. ¿Qué es la vida?... ¿Qué queremos de la vida?...

Volvamos a lo básico. Volvamos a nuestros ancestros. Si nos abstraemos de toda civilización, seguimos siendo animales. Somos animales. Animales, si. ¿Qué necesitamos para vivir? Alimentos. Agua. Abrigo. Otros seres de nuestra especie para reproducirnos y desarrollar tareas conjuntas tendientes al abastecimiento de alimentos, agua y abrigo. ¿Y?... ¿algo más?... Jajaja!… ¡Creo que no!. ¡Ponete a pensar!... ¡Pero PONETE A PENSAR de verdad!. Y pensá en cuales son los recursos naturales, los elementos que podemos extraer de la tierra para nuestra supervivencia. La tierra es tan generosa... Nos da agua. Alimentos. Abrigo. Eso nos abre la puerta para el desarrollo de todo nuestro potencial creativo. Para la expansión de nuestros cerebros, que van a estar bien nutridos… Pero esos recursos se están usando sólo dentro del juego, y solo para el beneficio de quienes pudieron acceder. El agua se vende en botella, ya no es de todos. Las semillas están restringidas y son modificadas genéticamente. Los alimentos ya no están en la granja sino en la góndola del supermercado. El abrigo tiene marca, y es caro… Lo que podíamos extraer de la naturaleza, ahora son piezas del juego…

¿De qué sirven las grandes civilizaciones, la industria, la tecnología, el confort?... ¿Para qué sirven si no nos sirven para ser más felices?… ¿Para qué nos sirven si les sirven solamente a unos pocos?... ¿Para qué, si algunos tienen mucho y otros no tienen nada?… ¿Por qué nos hacemos los estúpidos viviendo una vida ilusoria, prestada, haciendo uso de unos beneficios de plástico que solo sirven para sumar puntos en un juego macabro?... ¿Por qué queremos matarnos, aplastarnos entre nosotros y destruir el lugar donde vivimos?... ¿Por qué no podemos vivir en armonía con nuestra casa, con el resto de las especies que habitan este suelo?… ¿Cuándo pasó que nuestra conciencia se separó de nuestro cuerpo, se olvidó de sentir, del olor de la tierra, del frío del amanecer… negó su animalidad… ¿se creyó divina sin saber que la divinidad está en la tierra, pensándose inmortal (¡cuánta ignorante soberbia!), se creyó omnipotente y ahora quema su propia raíz…?

Respiremos hondo… cerremos los puños… gritemos!... gritemos más fuerte!!... Busquemos adentro. No, más adentro. Volvamos al principio. Al latido del corazón. Al cuerpo. A la mamá. A la piel. Al contacto con otra piel. Con la piel de una manzana. Volvamos a sentir. Dejemos libres las manos. Percibamos nuestro cuerpo y todas las sensaciones que nos puede dar; nuestro pequeño entorno, es muy pequeño, pero rico. Un pelo que se para, un aroma que nos lleva a la infancia, la patita de una mosca, la luz de la mañana, palabras que bucean el alma… Y después… el Mundo. Pensemos el Mundo. No estamos solos. Nosotros, los Otros, el Mundo. Y más allá del Mundo. El cosmos. Vayamos a ese lugar de la conciencia en donde la casa, el auto, el trabajo y las cuotas del crédito dan (por lo menos) un poco de risa… Vayamos a la sonrisa de esa persona que amamos, a sus ojos, su perfume... al poder de ese vínculo, que habita un lugar que nos parece divino, que nos da una fuerza extraordinaria. Ahí. En el lugar de la Vida, del placer, del grito inicial, de lo irracional (¡si... volvámonos un poco locos!); al sabor del limón, que sacude la modorra del paladar; a una mirada intensa, que expande los pulmones, a una carcajada, a un viaje insólito, al sentido primordial, al poder de poder hacer lo que sea, al conocimiento ancestral de la simple supervivencia, al amor… al Amor… Lo que nos lleva a esa conexión profunda con la vida. Abramos grandes los ojos y miremos al lado…


Al lado hay Otro. Otro como yo. Es igual. También se olvidó de la rugosidad de la nuez, del agua fresca que nos quita la sed, de las piedras, del Ambay que cura la tos... También se perdió. Miralo a los ojos. Los ojos no pueden mentir. Miralo. Acercate y hablale de estas cosas. Recordale los árboles. Recordale que la tierra puede darle alimentos, agua y abrigo. Se va a acordar (¡se tiene que acordar!, se acuerda su sangre y todo su cuerpo!). Hablale despacio del color de la tarde. Del tambor que golpea el pecho. Del fuego que protege y cura. Del rumor tranquilo de un río plateado. Del contacto suave de una mano pequeña. Hablale y contale que querés volver. Que querés volver a sentir. Pedile ayuda para volver a abrazar, a jugar. Pero no un juego de competencia, exclusión y dolor, sino uno donde poder usar la imaginación. Para volver a jugar un juego creativo, comunitario y amigo. Un juego que todos podamos jugar, como cuando éramos chicos. Hay que hacer entre todos las reglas de ese nuevo juego. Hay que imaginarlas. Porque podemos. Y para eso hay que salir de este juego individual. Para poder imaginarnos otro con el Otro, con ese igual que está al lado. Para poder volar. Después de todo, somos animales, pero nos regalaron un don único: la posibilidad de CREAR. Nosotros somos “los Creadores”. Y eso fue lo que este juego nos hizo olvidar: el juego no nos hace; nosotros hacemos el juego. ¡Hagamos juntos uno nuevo! ¡Hagámoslo ya!

Margarita Pesoa