06 junio 2009

Haroldo Conti



Haroldo Conti nació el 25 de mayo de 1925 -en la ciudad de Chacabuco, provincia de Buenos Aires- y fue secuestrado por un comando militar, el 5 de ese mismo mes, pero del año 1976. Se sabe que, antes de ser asesinado, recorrió los campos de concentración de la Brigada Güemes, de la ESMA, Campo de Mayo y Coordinación Federal. También que, durante un almuerzo mantenido con el ex general Rafael Videla en la casa Rosada, del que participaron Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato y el cura Leonardo Castellani, Horacio Ratti (entonces presidente de la SADE) pidió por su libertad y la de otros diez escritores “desaparecidos”.
Antes que eso, Conti había sido seminarista, maestro rural, empresario de transportes, actor, director teatral y marinero aficionado, profesor de filosofía, piloto civil, viajero de entusiasmo porfiado. A semejante colección de oficios hay que agregar el de periodista y, claro está, el de escritor, a pesar de sus reparos al respecto: “Yo soy escritor nada más que cuando escribo. El resto del tiempo me pierdo entre la gente. Pero el mundo está tan lleno de vida, de cosas y sucesos, que tarde o temprano vuelvo con un libro. Entre la literatura y la vida, elijo la vida. Con la vida rescato la literatura; pero aunque no fuera así, la elegiría de todas maneras”.
En 1975 su novela Mascaró, el cazador americano y La canción de nosotros –de Eduardo Galeano-, compartieron el Premio Casa de las Américas. Sería absurdo conjeturar la razón de su secuestro en el reconocimiento de esa institución, tal como argumentaron sus secuestradores cuando lo acusaron de “agente cubano”. Más vale, en la vitalidad del diálogo mantenido con intelectuales de la isla y del resto de América Latina aunque, sobre todo, en la letra de esa “canción” política que Conti entonó de todas maneras, habría que cifrar la amenaza de una palabra que lo condenó a la consagración por vía de la muerte.
Los manuales literarios sintonizan su escritura con la de Hemingway (a quien Conti admiraba y apodó “Pa”), la de John Steinbeck y la de Raymond Carver. En esa línea, se lo emparienta también con Cesare Pavese. Se trata de narradores de naturalezas muertas o -en categorías literarias-, afines al “realismo seco” que, en ellos, encontró artífices de las analogías entre el paisaje de la melancolía y la geografía de los objetos.
En Conti, la estrategia de objetivación de lo real concibe, en un mismo rango de experiencia, las cosas y los sujetos, afectados por una causa común: el paso del tiempo. Moroso a veces, frenético en ocasiones, el devenir impone su lógica al mundo sensible (“Se recordaban cosas, se auguraban cosas y uno se volvía cosa y tiempo también”3) y sitúa el sistema de Conti en los mismos suburbios que habitaron Juan Carlos Onetti, Drummond de Andrade, Juan Rulfo y Guimarães Rosa.
Acaba de estrenarse Homo Viator, de Miguel Mato, largometraje que repasa la vida y la obra de Haroldo Conti.

Respuesta a la carta enviada por el Sr. Luis Alberto Nacucchio


Córdoba, Argentina, junio 4 de 2009.

Escribo esta carta no solamente para responderle al ignoto Señor N, sino por respeto (profundo respeto) hacia Radio del Plata, su director de contenidos y el programa Familia Pesoa. La sola y dificultosa lectura de la carta del Señor N justificaría, como mejor destino, su fragmentación minuciosa y posterior reciclaje para hacer canastitas de papel maché. Como profesor universitario de la UBA, la Universidad Nacional de Córdoba y otras universidades, de Argentina y de otros países, me sentí agredido por esa carta. Pero no porque el Señor N opinara diferente a lo que yo fundadamente pienso, sino por su ignorancia supina de los procesos biológicos, su lenguaje poco técnico y sobre todo por su desprecio hacia quienes piensan diferente.

Soy el primero que aplaudiría un micrófono para el Señor N, porque le respondería con ese mismo micrófono, y con la misma energía. Cuando recibí el premio Nobel Alternativo en el Parlamento Sueco, en el 2004, hice mi discurso de aceptación inspirado en la necesidad de que no haya silencio para el disenso, sobre todo cuando lo que se opina va contra los intereses de las corporaciones y la mala ciencia. Cartas como la escrita por el Señor N demuestra que la inquisición no desapareció, y que todo vale, incluso las agresiones poco inteligentes, la mala ciencia, la protesta desmedida hacia una radio y su gente, la intolerancia y sobre todo la pequeñez. Solamente los seres muy pequeños pueden silenciar las opiniones porque son diferentes.

1. Primer tema, "el disenso". Creo que se puede disentir –aliento el disenso- pero las palabras encadenadas del Señor N repiten los argumentos de la inquisición. Quemen en la hoguera a quienes opinan distinto (aunque tengan formación profesional y argumentos para hacerlo). Borren sus palabras diabólicas (porque son peligrosas para los intereses de las poderosas compañías de comunicación y sus profesionales asociados). Silencien a ese biólogo hereje (porque es biólogo y no ingeniero, y porque además de publicar el capítulo de un libro donde revisa técnicamente los efectos térmicos, atérmicos y no térmicos de las microondas adhiere, cruz diablo, al Principio de Precaución que establece la Ley Nacional del Ambiente n° 25675). Quítenle el micrófono a quienes saben de células, tejidos, órganos, individuos, especies y ecosistemas (porque ponen en ridículo a quienes ven el mundo desde la física elemental, la ingeniería abiótica y el 10% del PBI que mueven las empresas de teléfonos celulares). Finalmente, envíen cartas de protesta con ristras de ajo y agua bendita a quienes organizan los contenidos de las radios y a quienes tienen la temeridad de hacer conocer otras opiniones que no sean las bendecidas por las empresas multinacionales de telefonía y sus agradecidos adherentes N, M o P.

2. Segundo tema, "la idoneidad". El Señor N carece de título profesional habilitante para conocer, entender y evaluar los efectos dañinos sobre la salud y el ambiente de las bajas dosis de densidad de potencia que provocan las antenas de telefonía celular y los teléfonos celulares. Es un ingeniero, no es biólogo ni médico. Habría que explicarle las diferencias entre células procariotas y eucariotas, la estructura de las membranas y el citoplasma, las organizaciones moleculares tabuladas por el ADN, la tremenda sensibilidad de células, tejidos y órganos a la radiación no ionizante, y sobre todo, que ningún organismo recibe solamente un tipo de energía residual (como las microondas) sino otras formas de energía además de materiales. Le sugiero que además de usar Google en Internet también utilice las bibliotecas y las actas de reuniones. Allí podrá encontrar, en los trabajos que presenté en la Universidad de Londres, cómo interactúan los cócteles de energía y materiales con sistemas vivos, y la nueva generación de criterios LOAEL y NOAEL.

3. Tercer tema, los efectos biológicos de la radiación no ionizante, en particular microondas. Aunque le duela al Señor N, no está demostrada la inocuidad de la radiación no ionizante que distribuyen en lóbulos las antenas de telefonía celular y los aparatos celulares. Así de simple. Por razones de practicidad y exceso de codicia sobre prevención la telefonía celular disparó un experimento abierto con antenas y aparatos emisores, y personas y biodiversidad receptoras.

Es imposible resumir en una nota los efectos térmicos, atérmicos y no térmicos de las microondas, pero el Señor N puede leer el Capítulo 3 "Efectos de la radiación de microondas sobre la salud y el ambiente" que escribí como parte del libro Contaminación por antenas de telefonía celular (Ed. Del país, Buenos Aires, pp. 85-182). Es necesario, claro está, tener una mínima formación en biología, fisiología y química biológica para comprender las interacciones entre energías residuales y distintos niveles de complejidad de los sistemas vivos.

3.1. Primeramente le recuerdo al Señor N que los conceptos actuales sobre radiación "no ionizante" han cambiado sustancialmente. El daño a moléculas biológicas y muy especialmente ácidos nucleicos (ADNn, ADNm, ARN) también puede ser producido por radiación no ionizante. Este tipo de radiación puede romper enlaces químicos covalentes a valores tan bajos de energía como 0,01 eV, una cantidad tres veces menor a la energía requerida para ionizar (Kane, 2003). Fotones con energías de esta magnitud se encontrarían en microondas de ultra alta frecuencia (UHF)(>1012 Hz). Pero claro, el Señor N tendría antes que ir a Google para conocer cómo están organizadas las bases púricas y pirimidínicas de los ácidos nucleicos, sus azúcares y sus enlaces.

3.2. Los factores que condicionan los efectos de las radiofrecuencias y microondas no son tan puerilmente simples como los ejemplos de mal gusto que coloca el Señor N (ni siquiera los peores alumnos que he tenido en la UBA o la Universidad Nacional de Córdoba hubieran construido sus "Pruebas 1, 2 y 3"). Estos factores son el modelo de operación de la fuente, la potencia de la fuente, la frecuencia y longitud de onda, la modulación de campo, la geometría de la emisión, la distancia desde la fuente, la resonancia, la reflexión, la refracción y absorción, la multiplicidad de fuentes y agentes energéticos, la concurrencia de agentes energéticos y materiales, y la naturaleza de los receptores (bióticos, abióticos y sus combinaciones).

3.3. Efectos térmicos. Son los mejores conocidos. Me limitaré a describirlos brevemente porque están analizados en mi libro. Se han publicado efectos sobre sistema óptico (por ejemplo la superficie de la córnea en animales de laboratorio se incrementa en 3° C cuando se exponen a una radiación de 2450 MHz durante 160-240 minutos, con un SAR de 26,5 W/Kg); sobre testículos; sobre el desarrollo; sobre el comportamiento y sobre otros sistemas. Quienes tienen formación exclusivamente tecnológica y conocen poco de seres vivos, como el Señor N, solo pueden acudir a ejemplos tipo Pirex, huevos y disquisiciones sobre el calor.

3.4. Efectos atérmicos. Ocurren cuando las ondas absorbidas transfieren suficiente energía para aumentar la temperatura de las células y tejidos, pero dicho incremento no se produce debido a mecanismos de refrigeración interna, externa o una combinación de ambos.

3.5. Efectos no térmicos. Es el universo que más efectos dañinos agrupa. La literatura registra efectos biológicos a niveles SAR muy por debajo de los 0,08 W/kg que adoptaron muchos países (y que el disciplinado Señor N acepta como "límite razonable"), y a densidades de potencia tan pequeñas como 0,0004 µW/cm2. Le recordamos al Señor N que la mayor parte de los estándares desarrollados por ICNIRP/WHO/EU se basaron mayoritariamente en efectos térmicos de naturaleza irreversible para exposiciones a corto plazo (la carta del Señor N muestra precisamente, que el también solo se mueve en el campo de los efectos térmicos pero sin haber leído demasiado la literatura científica). Entre los no térmicos destacan efectos sobre la proliferación celular, cambios en las membranas celulares y el flujo de iones, cambios en la barrera hematoencefálica, cambios en la concentración de la enzima ornitina decarboxilasa (ODC), cambios en la concentración de hormona melatonina; efectos sobre el sistema nervioso central (SNC); efectos sobre la conducta; daño genético; efectos sobre el desarrollo; cáncer (efectos sobre los genes reguladores de la división celular) y efectos sistémicos.

3.6. Algo que el Señor N no menciona son los efectos de bajas dosis de radiofrecuencias y microondas sobre seres humanos y animales de laboratorio. La literatura incluye numerosos efectos biológicos a valores bajos de densidad de potencia y de absorción específica (SAR).

Por ejemplo: aumento de stress molecular (SAR de 0,001 W/kg); incremento en eflujo de calcio (0,005 W/kg); incremento en la permeabilidad de la barrera hematoencefálica (0,0004 y 0,008 W/kg); cambios en funciones del sistema inmune (0,001 mW/cm2); disminución en funciones reproductivas (0,000168 a 0,001053 mW/cm2); daño en ADN de células expuestas (0,000021 a 0,0021 W/kg); daño sobre sistema nervioso humano (0,0054 µW/cm2); daño sobre sistema nervioso de animales de laboratorio (10 µW/cm2), efecto sobre el sistema cardiovascular en seres humanos y en animales de laboratorio (0,6 µW/cm2); cáncer en seres humanos y animales de laboratorio (1,3-5,7 µW/cm2); efectos sobre la reproducción en seres humanos (0,17 µW/cm2); efectos genéticos en seres humanos y animales de laboratorio (1-2 µW/cm2); efectos sobre el desarrollo en animales de laboratorio (100 µW/cm2); efectos sobre tejido sanguíneo y sistema inmune en seres humanos (100 µW/cm2); efectos sobre tejido sanguíneo y sistema inmune en animales de laboratorio (1 µW/cm2); efectos sobre órganos visuales en seres humanos (20-60 µW/cm2), etc. Solo he incluido valores mínimos (en cada caso analizo varios trabajos). También se registraron efectos sobre plantas verdes (0,0000000026 µW/cm2).

4. En su carta inquisidora el Señor N menciona que el COPITEC debería "dar crédito de mi idoneidad". No puedo dejar de sonreír. Los ingenieros especializados que integran este colectivo, y el colectivo mismo, carecen de idoneidad para opinar sobre mi ámbito profesional (soy biólogo) y sobre los efectos biológicos de la radiación no ionizante porque los alcances de título y formaciones involucradas no los habilita para hacerlo. Los ingenieros pueden tomar la literatura científica y estar a favor o en contra de lo publicado por otros profesionales del campo biológico y médico e incluso difundir públicamente esos resultados. Pero no deben asumir la temeraria e improcedente conducta del Señor N, cuya carta demuestra, además de autoritarismo, que olvidó las clases de biología que alguna vez recibió en el secundario.

Además, y para sorpresa del Señor N, he sido convocado por el COPITEC para actuar como experto en una causa de inquisición corporativa en que se cuestionan las declaraciones públicas de un profesional, miembro de la COPITEC, que a diferencia del Señor N, si leyó la literatura científica, respeta el Principio de Precaución (mandatorio por Ley Nacional) y mantiene una posición justificadamente crítica sobre la presunta inocuidad de la radiación no ionizante.


5. A mí me tienen sin cuidado los negocios que hacen las corporaciones de telefonía celular y los profesionales que las defienden. Si me preocupa, y mucho, que distribuyan productos y procesos que pueden ser dañinos para el ser humano y para otros seres vivos, y que basen su defensa en acallar a los que piensan diferente.

Argentina no se merece una nueva inquisición cada vez que se afectan intereses de grandes corporaciones.

Ya ocurrió con las investigaciones de Andrés Carrasco, de la UBA, quien demostró alteraciones de la embriogénesis provocada por el herbicida Glifosato. Personas y empresas sin mayor aval académico se erigieron en jueces autonombrados para derrumbar sus resultados. Imagino sus argumentos: "¿cómo puede Carrasco criticar la inocuidad [sic] del herbicida Glifosato originalmente desarrollado por Monsanto?". Las grandes corporaciones, en su pequeñez humana, ni siquiera leyeron en el trabajo de Carrasco que otros investigadores ya habían demostrado y publicado resultados similares. El problema no era la "verdad" sino que alguien se animara a decirla públicamente, y lo que es peor, con antecedentes académicos intachables.

Ya está ocurriendo con el Ing. Ariel Garbarz, un prestigioso profesional comprometido con el Principio de Precaución, y crítico de los valores de emisión adoptados en la normativa de Argentina para antenas de telefonía celular (la Resolución n° 202/1995 del Ministerio de Salud de la Nación). Sus prudentes y fundadas reflexiones sobre los efectos de bajas dosis de radiación no ionizante, reflejadas en un artículo publicado por el diario Los Andes en Mendoza, desencadenó una presentación de la Cámara de Informática y Comunicaciones de la Argentina (CICOMRA) ante el Consejo Profesional de Ingeniería de telecomunicaciones, Electrónica y Computación (COPITEC) por presunta violación a normas éticas de ese Consejo. Basta leer el artículo periodístico que desencadenó la inquisidora reacción de las corporaciones y la Resolución n° 1/2009 de la COPITEC para advertir que se repite la misma reacción desmedida que provocó el trabajo de Andrés Carrasco sobre el Glifosato.

Ahora se entiende porqué decidí responder la nota del ignoto Señor N. Cada uno de sus comentarios y observaciones se inscribe en la más grosera práctica de la inquisición. No hay que conocer la verdad, sino silenciar a quienes las presentan públicamente.

Desde FUNAM y desde mis Cátedra en distintas universidades estamos siguiendo cuidadosamente este proceso, donde las corporaciones presionan de distintas formas a quienes defienden fundadamente la salud de las personas y la integridad de los ecosistemas. Ha llegado el momento de desplegar un abanico de reacciones nacionales e internacionales, y de denunciar pública, administrativa y judicialmente esta nueva inquisición corporativa.

Hace un par de semanas estuve exponiendo ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación junto al Constitucionalista Daniel Sabsay (fundamenté técnicamente porqué el combustible nuclear gastado de Australia que pretende ingresarse a la Argentina, procedente del reactor OPAL, es residuo radiactivo de alta actividad, HLW). Después de analizar las virulentas reacciones de las cámaras empresarias a quienes simplemente dicen la verdad, creo que ha llegado el momento no solo de acciones en instancias comunes, sino de acciones extraordinarias ante la Corte Suprema de Justicia.

Dr. Raúl A. Montenegro, Biólogo
Presidente de FUNAM
Profesor Titular de Biología Evolutiva en la Universidad Nacional de Córdoba
Profesor de Postgrado en Maestrías y Especializaciones de la Universidad de Buenos Aires(UBA), Universidad del Comahue, Universidad Nacional de Rosario, Universidad Nacional de Catamarca, Universidad Nacional de Córdoba, Universidad Nacional de Mar del Plata, otras.
Guest Speaker, Universidad de Harvard, Universidad de Berkeley y Universidad de Georgetown (USA), Universidad de Estocolmo (Suecia), Universidad de Jena y Universidad de Ilmenau (Alemania), Universidad de Salzburgo (Austria), Universidad de Queen's (Canadá)
Profesor Invitado, University of Helsinki, Finlandia.
Fellow, Universiti Sains Malaysia, Right Livelihood College.
Ex Director de la Maestría en Gestión Ambiental (UN del Nordeste).
Ex Director de la Maestría en Gestión Ambiental (UN San Luis).
Ex presidente de la Asociación Argentina de Ecología.
Ex vicepresidente de Greenpeace Argentina.
Premio Nóbel Alternativo 2004 (RLA-Estocolmo, Suecia)
Premio Global 500 de Naciones Unidas (UNEP-Bruselas, Bélgica)
Premio Nuclear Free-Future (Salzburgo, Austria)
Premio a la Investigación Científica (Facultad de Farmacia y Bioquímica, UBA)
Miembro del Consejo Asesor de la Delegación Córdoba del INADI
Miembro Directivo del Consejo del Instituto Superior del Ambiente (ISEA) de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina).

La increíble y triste historia de la cándida Telefonía y su Microonda desalmada


¡Qué bárbaro ¿no?! Según lo que Montenegro dijo en Familia Pesoa (y festejaste Quique), todos los profesionales de telecomunicaciones somos culpables aunque se pruebe lo contrario y no exista prueba del delito; ni siquiera delito.

¡Pensar que millones de especialistas alrededor del mundo (porque salvo que Montenegro diga lo contrario los efectos de las microondas en el primer mundo son de igual característica que acá en el culo) están ignorando o encubriendo los crímenes potenciales de la telefonía celular!
¡Y la guita que se tira en mediciones permanentes de las emisiones radioeléctricas y formación de profesionales!
¡Y lo que va a ser en unos años cuando solo haya comunicaciones inalámbricas! (por lo inmantenible de los cableados de cobre y la línea de proyectos de los fabricantes de tecnología de redes -ver http://www.ericsson.com/ericsson/2020-081217/-).

Supongo que das crédito de la idoneidad del sujeto al que facilitaste micrófono, pero ante semejante acusación habría que conocer la opinión de un consejo profesional (COPITEC ), aunque ya la desestimara Montenegro (debe ser abogado o médico, ya que son los que siempre saben de una especialidad mas que el especialista).

Voy a hacer un esfuerzo por ser "bien-pensado", y trataré de identificar "píldoras" de certezas tangibles en el discurso coloquiado que mantuvieron.

• Primero, física elemental (Fernandez y Galloni si aún recordás esos libros que la vieja rastreaba entre parientes y conocidos antes de ir a comprarlos usados), el calentamiento de las sustancias por fricción (dejando "manuela" de lado), porque esa es la razón por la cual la microonda calienta la molécula de agua: la agita y por rozamiento de unas contra otras se calientan (una verdadera orgía molecular). Vale aclararlo porque el orador solo mencionó "calentamiento del agua por microondas".

Pero... ¿por qué en particular con la molécula de agua? (ver hornos http://www.cyelect.com/index.php?folder=conceptos&page=7-1): 1) por ser más de 2/3 partes de todo ser vivo en este planeta; 2) por la distancia entre moléculas que a temperatura ambiente se manifiesta en estado líquido; 3) por la dimensión de la molécula de agua y sus propiedades polares (y esto es sumamente condicionante).

La capacidad de la molécula de agua de absorber energía electromagnética es fuertemente dependiente de que la longitud de onda sea similar a su tamaño. Prueba 1: todos los microondas operan a 2450 MHz, y si están en buenas condiciones, una tasa Pirex mediana con agua a 600W tarda 2.5 minutos en llegar a hervor. CONSEJO: no consumir nada salido del microondas por 1 o 2 minutos, hasta que las moléculas se calmen.
La molécula no tiene grandes cambios con la temperatura. Prueba 2: lleno el termo a tope, lo vacío en la pava, la pongo casi a hervir, devuelvo el agua caliente al termo hasta el tope, con lo que quedó en la pava (ni el 1%) no cebo ni un mate.
Si quisiera reemplazar el generador del horno por un teléfono celular, no me alcanzaría el volumen del horno (ni siquiera el de toda la cocina) para hacer que la taza aumente 10° C. Prueba 3 : vuelvo a llenar la tasa Pirex mediana con agua natural y le mando el termómetro (indicó unos 20° C), la meto en el horno sin termómetro pero con el celular atado a ella; desenchufo el microondas (no sea cosa que alguno me toque el timbre y justo venga alguna de mis brujas a calentarse una medialuna y aproveche el agua para un te); llamo desde el fijo al celu ...¡ y me recibió!; después de 2.5 minutos corto , saco la tasa y mido la temperatura y no cambió ni medio grado, pero el celu parecía un poco mas tibio .
Conclusiones : 1) las aislaciones del microondas están optimizadas para su frecuencia de operación (la mejor para la molécula de agua) , por eso el celu recibe y emite ahí adentro ; 2) la tibieza del celu se originó en el consumo continuo de la energía de su batería (cuando abrí el celu era lo de mayor temperatura) ; 3) la cocción de huevos o pochoclo como se ve en Youtube es un verso cazabobos; 4) si bien podría originarse alguna distracción para la neurona en tanto hueco, ni que hables un año seguido con un celu en cada oreja podrías cocinar tu cabeza (aunque ni el manual del celu o el microondas hace referencia a recipientes de madera) ; 5) que no te vean haciendo la última prueba porque el brujerío ya está convencido que es solo otra manifestación de tu locura.


• Segundo, podríamos remitirnos a algún tratado de seguridad industrial (ver http://books.google.com.ar/books?id=W8Ensq2_q0cC&pg=PA530&lpg=PA530&dq=gsm+%22potencia+emitida%22&source=bl&ots=PhDODxkfDD&sig=2ousroccbyVfDaute1tvLA6XPdw&hl=es&ei=lbkiSqmaGI3CtweUyt3IBg&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1); algún estudio universitario (http://www.bpm.uasd.edu.do/Members/delanoy/radiacion-por-radiofrecuencia), y finalmente alguna conclusión de un profesional local ( . http://radiotekno.blogspot.com/2005/09/rni-radiaciones-no-ionizantes_01.html). Esto se encuentra con cualquier buscador de internet poniendo: "radiaciones no ionizantes", "telefonía móvil".

Los países (organizados en la ANSI) con mayor tolerancia a los límites de exposición de RF y Microondas sobre el público en general, establecen márgenes de hasta 0.2 mw/cm2. La exposición máxima típica de la población resultó en 0.01 mW/cm2.

Un límite razonable de exposición poblacional para la densidad de potencia de una onda plana incidente es el que produce un SAR (Tasa de la energía absorbida por Kg) promediado para la masa corporal total de aproximadamente 0.08 w/Kg (80mW/Kg).

O sea, para tus 100 Kg deberían radiarte con mas de 8W dedicados con exclusividad, y si estuvieras en pelotas tus 8000 cm2 expuestos (1 lado, sin considerar desbordes de cinturón) recibirían apenas 0.08W (el 1% de lo que recién deberías empezar a considerar). Para suegras resulta algo similar, así que va a haber que seguir con el proyecto de parrilla a gas o 40 bolsas de carbón, si es que no se entretiene con los llamados con vibrador.

• Tercero, debería haber algún criterio de calidad de la información que emite un medio público y masivo como la radio; algo así como "si no sabe que decir, no diga nada", o si no sabe de lo que se habla mejor aclárelo y salga a preguntar a gente que sepa, y evite dejar una imagen distorsionaba de lo que ignora, como si fuera toda una realidad y desentendiéndose de la responsabilidad de semejante desinformación. Si no, la libertad de expresión no es más que libertad de ignorancia, sin humildad y maliciosa.

Esa media hora de programa que me llevó la peregrinación debida a un curso que hace la menor de mis brujas, me traía imágenes cotidianas de la idiosincrasia sanatera de este país, pasando por una realidad "producida" por noticias fabricadas por personajes de medios que solo asignan importancia a lo que venda o entretenga (por favor ... ¡ley de contenidos audiovisuales ya!), el estrangulamiento del negocio inmobiliario que eran las primeras instalaciones celulares (hasta el 2000), y el descrédito a las telecomunicaciones como fuente de trabajo.

Así que revisemos el origen de la nota.

Cualquiera que sepa algo de radiocomunicaciones, se habría percatado que la misma señal que emitía esa información estaba sujeta a las mismas consideraciones que la de telefonía móvil (de menor potencia a igual distancia de la antena), salvo que las frecuencias de los celulares por ser mas altas se aproximan mas a las del horno (aunque no tengan mucho que ver cualquier aventurero dialéctico las trasviste, siempre con alguna aviesa intención). El festejado logro de los vecinos rechazando la instalación de una "antena" (que en realidad no se trata mas que de el mástil o construcción civil que soporta los elementos irradiantes del tamaño de 3 bolsas de carbón), hace que deba aumentarse la potencia en otra estación para poder dar cobertura a esos vecinos (que usan el celular), perjudicando a los vecinos de la otra estación, y a ellos mismos porque sus celulares deben operar a mayor potencia para que una antena mas lejana los "escuche" , y con peor calidad de servicio.

Es como si estuviera pasando unos días en tu hostería y me invitás a cenar, pero me diste una habitación alejada del comedor. A la hora de comer me empezás a gritar para que me arrime (aunque algunos comentarios hacen pensar que por compromiso apenas susurrarías), y yo te grito para que sepas que te escuché, entonces te enojás y me decís que no grite en tu casa, y yo me voy a lo de un vecino y te grito desde allá, pero ahora tenemos que gritar mas fuerte para escucharnos y terminamos despertando al cura a 5 cuadras que viene corriendo a exorcizarnos.

Es un hecho que las celulares aquí mueven casi un 10% del PBI, y eso debe dejar importantes ganancias que se reparten bastante parejamente entre las principales operadoras, y que las que se vinculan con las incumbentes fijas desde el 2003 son la fuente principal de ingresos de las respectivas (hoy con mas de un celular por habitante). ¿Quién conoce un militante del “serás lo que debas ser o serás abogado” (así como todos los peldaños de la función pública, porteros, etc.) que no quisiera sacar provecho de esto? (como si nos faltaran avivados).

También es un hecho que en la crisis de fin del 2001 estas compañías dejaron en la calle a 1700 profesionales y 2000 especialistas porque se suponía que todo el mundo abandonaría sus celulares, y sin embargo se cancelaron más líneas fijas que móviles. Las empresas siguen usando eso para mantener los salarios muy por debajo de la prestación que reciben y grado de especialización que se requiere.

Encima pululan sofistas como Montenegro al que le dan micrófono (sin réplica) para endilgar culpabilidad a una tecnología de telecomunicaciones (con todos sus profesionales y especialistas) en tanto y en cuanto no muestre su inocencia, sin especificar ningún delito.

Estas situaciones llevan a una importante caída de la matrícula de la especialidad, hoy por hoy muy sensiblemente en la tecnicatura de escuela media cuyo mecanismo de motivación mas importante es algún ejemplo próximo (como cualquier “saber hacer”), y nos va a convertir en un mercado casi exclusivamente consumidor para nuevas tecnologías, sin generar empleo.

Y sin embargo, me acabo de enterar de algo que me representa un hito de realización personal: en el vocabulario Mapuche ya acuñaron palabra para los celulares (porque lo usan, y no como el teléfono fijo); algo como PICHICULCUL (cuernito de hablar), que deja en claro la vigencia de esta cultura y la importancia de esta tecnología.

Un cordial saludo.

Luis Nacucchio

01 junio 2009

Había una vez... un circo.

No a la mina